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sábado, 6 de julio de 2013

TANGO DE LEONES

Pronto me percaté de que aquello era una fiesta. Las copas estallaban en mi cara y los cristales se clavaban en mis ojos. Tu te levantaste y te dirigiste hacia mí con tu aire felino de los jueves por la noche. Me preguntaste si quería bailar. No, estúpido. Sonreíste y te marchaste. No podía dejar de odiarte y aun así me arrodille delante de ti.
El viento azota mi piel y deja su marca en mi espalda. Nieva y yo me desnudo. El frío llega a mis pies y el calor inunda mi cuerpo. Tu visión es cálida. La mía está un poco estropeada por los cristales. No recuerdo como llegué a conocer su nombre, pero aquella noche dormí con él en las copas de los árboles.  Luego nos volvimos mudos y ya no nos volvimos a ver.

5 comentarios:

  1. No tiene que ser siempre eterno, así que, si todos estaban de acuerdo... Es algo desconcertante, pero tiene esa atmósfera de pasiones tórridas e insensatas.
    Un saludo,
    Juan M

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  2. Cuánta pasión hay en este relato!! Me ha gustado!! Es algo así como "te odio pero no quiero que te vayas" "ni contigo ni sin ti".
    Tus palabras tienen mucha fuerza!
    Saludos Kyra!!

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  3. Esto es lo que pasa cuando la pasión te agarra por el pescuezo. Genial relato.

    Un abrazo!

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  4. Precioso, el título es de los más innovadores y exquisitos que he visto, y mira que lo del título es a veces lo más difícil.
    Saludos:)

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  5. Muy bueno. Pocas palabras pero intensas.

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