(Relato presentado al concurso del blog Cuentos y más)
Me acostumbré a estar en los cielos de tus sueños y allí sentaba con esas magníficas vistas no me percaté de que la tierra ascendía hacia mí.
Y ahora que estoy en las profundidades de tus errores entre lodo y rocas, me doy cuenta de que tan sólo en el horizonte existe tu perfección.
No hay duda de que la distancia favorece el equilibrio en muchoas casos.
ResponderEliminarUn beso
Juan M