Vistas de página en total

miércoles, 10 de julio de 2013

LOS INFORTUNIOS DE EDINE

Cada Domingo se despertaba de buen humor. El olor a pan recién hecho le inundaba y corría a ponerse sus zapatillas de conejitos para bajar a la cocina. Allí, con su cola desecha y con el camisón enganchado en las bragas, observaba el pan y lo tocaba, crujía bajo sus dedos y el sonido que hacia el cuchillo al atravesarlo le agradaba.
Sin embargo cuando abría la nevera para coger el queso light (quería perder 20 kilos) cortado en lonchas todo se trastocaba. Una y otra vez leía en el envase "fácil separación", entonces, procedía. Miraba fijamente la película transparente colocada entre cada loncha de queso, acariciaba el extremo derecho, con la yema de los dedos la sujetaba firmemente y tiraba con suavidad hacia arriba. El queso se separaba lentamente sin problema alguno... hasta que la película transparente con la única función de separar el queso se terminaba en medio de la loncha. ¡En medio! Ahí comenzaba el desastre, el cataclismo; el queso ya no se desprendía, se partía y la mitad quedaba pegado. Su expresión cambiaba, y a pesar de que tenía las líneas de la almohada marcadas en su mejilla, su semblante no era nada cómico sino severo.Cuando los antidepresivos dejaron de hacer efecto decidió tomar la decisión más drástica; cambió de marca de queso.

6 comentarios:

  1. Jajajja, divertido y doméstico y cotidiano. Una situación que pasé ayer mismo, pero sin antiodepresivos.
    Pero tb he decidido cambiar de queso jaja.
    Me ha divertido Kira.
    Te sigo desde ya y te leo.
    Invitada quedas a Montesinadas si ves algo interesante quédate por ahí.
    Saludos y achuchones

    http://montesinadas.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leerme, espero que sigas comentando en mi blog.
      Me paso enseguida.

      Eliminar
  2. Las dolencias obsesivas, Kyra, se manifiestan a través de fobias aparentemente sencillas, así que la decisión de cambiar de tranchetes a sabanitas me parece cuerda.
    Si te ocurre eso con el queso en lonchas, súmate también a la liga contra la publicidad engañosa del "abrefácil".
    Un abrazo
    Juan M

    ResponderEliminar
  3. ¿Y a quién no le ha pasado? Al final, lo más sano es comprar un cuarto de queso e irlo cortando con un cuchillo :P

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  4. Buenísimo. me he reido a carcajadas. Te cuento. Cuando mi hijo tenía cuatro años- y ya sabía leer- un día intentaba abrir un brik de leche sin conseguirlo. De repente le oí decir. "Abrefácil... qué hijos de puta". Le regañé por la palabrota pero no podía parar de reir.

    ResponderEliminar