No me grites que te oigo mejor cuando me susurras al oído. Los cerdos andan sueltos por la casa. ¿Me has oído? Una manzana a medio pelar en la cocina cae al suelo. Las mentiras tienen mejor sonoridad en esta habitación vacía. Los perros maúllan en la calle y los gatos ladran en mi cabeza. El eco de tus pensamientos resuena entre mis piernas. Glú, glú, glú hacen los peces en su pecera. La verdad un piano, la mentira un violín. Que bonita música. Pero a ti te gusta el silencio, por eso sacas los peces de su pecera, para que no hagan glú, glú, glú ¿Verdad?
Ese final le da el toque a la marmita indómita. Muy original
ResponderEliminarUn saludo
Juan M
Gracias por pasarte y sobre todo por comentar.
ResponderEliminarMe gusta el sitio. Me quedo si me dejas.
EliminarJuan M
Salvaje, inquietante. A mí también me gusta el sitio. Me pasaré por aquí.
ResponderEliminarMe gusta el toque de rebeldía que le das!
ResponderEliminarTe sigo!!
Un saludo!
Vaya! Cuanta gente se queda... nos tendremos que apretujar todos para caber.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Me gusta mucho. Me acabo de suscribir ;) Me encantaría que siguieses comentando en mis relatos en: http://unaderelatoscortos.blogspot.com.es/
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